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MÁS ALLÁ DE LA CÓCLEA...
...TAMBIÉN HAY ESPIRALES
El monstruo nunca estuvo afuera.
Y es ahora que detrás de nuestra puerta cerrada con candado,
nos damos cuenta de lo poco que sabemos
convivir con nuestra propia sombra.
Es ahora cuando vemos
cómo un mísero paquete de ácidos nucleicos,
ha parado en seco nuestra primavera
y nos ha puesto de rodillas, sin importar nuestro color de piel o religión.
Ojalá que cuando por fin se abran las puertas
y regresen nuestros puntos cardinales,
no volvamos simplemente a ser los mismos de antes.
Ojalá algún día nos demos cuenta,
de que ese monstruo tan letal y tan terrible
...jamás estuvo afuera.
S. Castillo
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